lunes, 6 de septiembre de 2010

La poesía del agua

La arquitectura recreó la situación de océano y mar del Principado de Mónaco en su pabellón de la Expo Shangai. Marcelo Jouliá, director de Naço Architectures, el único argentino en sumar su diseño a la muestra internacional

Setenta millones de visitantes pasarán (entre mayo y octubre de este año) por la Expo Shangai 2010. Una cifra interesante para deslumbrar con la arquitectura de los pabellones, desafío que Marcelo Jouliá, el arquitecto fundador y director del estudio francés Naço Architectures, tomó como bandera de la mano del Principado de Mónaco. Así, Jouliá se convirtió en el único arquitecto argentino en crear un pabellón para uno de los 192 países presentes en esta muestra. Desde el punto de vista arquitectónico, la exposición es un escenario para testear la vanguardia en diseño conceptual y los edificios del futuro a los que la sustentabilidad les es propia. “Como en las ferias de automóviles donde los concept cars anticipan lo que se verá más adelante en las líneas de producción, en Shangai se avanza en este aspecto relativo de la arquitectura”, explica.

Para crear el pabellón de 2000 m2 de Mónaco, su geografía fue inspiración determinante: una ciudad bordeada por el Mar Mediterráneo y construida sobre un acantilado. El sol y el océano marcan la naturaleza simbólica de este lugar y se volvió la llave para el diseño. “Uno de los elementos más dramáticos de la estructura es una pantalla de agua que captura los reflejos del día, la velocidad del viento y las nubes y hasta el polvo en el aire, sobre y alrededor de la fachada. “Esta está diseñada para que los visitantes experimenten diferentes efectos y variaciones de luz dependiendo de los ángulos y los reflejos del agua. Cuando la gente recuerda el mar, usualmente piensa en una superficie brillante con múltiples fascetas”. Naço tomó esa misma escena y la construyó, en lugar de enfocándose sólo en las propiedades reflectivas del agua, enfatizando las piscinas en las que juega la luz. Los rayos atraviesan el agua que circula en las tuberías que abrazan el pabellón. “Esta elección de amplificar sobre la fachada los fenómenos naturales, pretende recordar a los visitantes la sensibilidad respecto a los cambios ambientales y sus consecuencias. Lo sustentable es y será una preocupación creciente entre los arquitectos”, sostiene Jouliá.

En este proyecto se utilizó vidrio azul completamente reciclado y el agua que corre por los cinco niveles de canaletas es de lluvia o la que despiden los aires acondicionados. “De hecho, la fachada entera estuvo pensada con un fin práctico además de estético: reduce la cantidad de sol directo que golpea en la estructura y así permite que el interior del pabellón mantenga naturalmente una temperatura menor durante los meses de calor estival”.

No hay comentarios: