Amalgama de arquitectura y arte

Un repaso por la historia del Marq, el primer museo de arquitectura de la Argentina, que sabe reunir la actividad nacional e internacional en torno a todas las expresiones artísticas, arquitectónicas y urbanas

El Marq (Museo de Arquitectura y Diseño de la Sociedad Central de Arquitectos) es un punto de referencia. No sólo para los profesionales, ni sólo por la calidad de sus muestras sino también por su propia arquitectura que sabe acompañar el concepto general: el edificio que alberga al Marq fue una torre de agua, datada su construcción en 1915, como abastecedora principal de agua del conjunto ferroviario de Retiro. Ejemplar único de la arquitectura ferroviaria desarrollada en nuestro país, es el condimento ideal para delinear la idea del primer museo de arquitectura que existe en el país, desde diciembre de 2000.

Para repasar la historia del museo, de la mano de sus autoridades (el arquitecto Daniel Silberfaden, presidente de la SCA; el arquitecto Julio Keselman, presidente honorario del Marq; Hernán Bisman, su director ejecutivo; y la arquitecta Marta García Falcó y el licenciado Guiomar de Urgell, miembros del Comité ejecutivo), vale la pena recordar que, allá por 1997, el espacio que hoy ocupa fue concesionado por el ONABE (Organismo Nacional de Administración de Bienes) con la intención de convertirse, desde aquel proyecto inicial, en un museo hecho por y para arquitectos. Pero fue el tiempo el que logró la estructura amplia y prolífica que presenta hoy en día, merced a una remodelación de varios meses de obras en 2008. “Entonces, el Museo reabrió sus puertas con una nueva sala (el ex tanque), y nuevos servicios e instalaciones que permiten hoy exhibir muestras de acuerdo con requerimientos museísticos internacionales”, cuentan en el equipo mientras anuncian una agenda nutrida para el segundo semestre de 2010 que tendrá una muestra fotográfica de la obra de Mario Roberto Alvarez, de registro reciente; Arquitectura emergente de México; los prototipos del concurso sobre Mobiliario urbano con piezas del Estudio Cabeza, y mucha arquitectura y diseño latinoamericanos.

“El museo viene cumpliendo su objetivo de divulgación de la arquitectura y del diseño en general, tanto nacional como internacional”, comentan orgullosos de un espacio que está ubicado en el corazón del circuito museográfico y cultural de la Recoleta y desde julio último, integra también el Programa La Milla de los Museos que implementó el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Siempre activo, a la par de otros museos de la ciudad, el Marq participa anualmente de La Noche de los Museos y suelta un dato interesante sobre la captación de público que consigue: en la edición 2009 de ese recorrido bajo las estrellas, recibió más de 3400 personas.

Las grandes muestrasSi hay que enumerar algunas de las muestras más salientes de los últimos dos años, ARDI, Diseño para la arquitectura, extensión del ciclo ARDI en la SCA, se coloca en los primeros puestos de la lista. “A lo largo de dos años, en este ciclo, se presentaron ejemplos del trabajo interdisciplinario entre arquitectos y diseñadores, y de la exposición que representó a la Argentina en la Bienal de Arquitectura de Londres de 2008”, explican.

Otra muestra destacada fue “Iconos del diseño Francia-Argentina”, realizada en conjunto con el MAMBA, que trazó el mapa del universo del diseño francés y argentino a lo largo de casi un siglo, con símbolos fuertes de la creación moderna y contemporánea, reuniendo objetos diseñados por firmas de la talla de Le Corbusier, Philippe Starck, Jean Prouvé, Pierre Paulin, Leiro, Naso, Blanco, Bonet y Biro, entre otros.

Entre los arquitectos-artistas del mapa local que han expuesto en sus salas aparecen Clorindo Testa, Roberto Frangella (que pintó una imagen urbana en el mueble de recepción del museo), Juan Fontana, Horacio Sardin, y también profesionales jóvenes, como los integrantes de Colectivo +2H con su forma de integrar arquitectura y arte.

También para destacar han sido la bienal de arte textil; la muestra del patrimonio artístico SCA que exhibió cuadros, fotografías y esculturas rescatadas al tiempo a través de donaciones de socios desde 1920 hasta el año último; instalaciones paisajísticas de Cristina Le Mehaute y Guillermo Patiño en las salas y, más recientemente, las exposiciones sobre Buenos Aires y el río, con iconografía de Museo Histórico Saavedra entre 1810 y 1910, y dibujos e instalación de Juan Fontana. Además, llamaron la atención instalaciones como “Ciudades Proyectadas” y “Arquitectura Emergente Colombia”. Hasta el jardín mismo llegaron las exposiciones. Es que sus generosos 1500 m2 permitieron exponer murales urbanos de Weber y mobiliario urbano a pura creatividad.

“La fotografia es parte relevante en la programación del Marq: la sala del tercer piso se decida casi exclusivamente a esa temática”, destacan. “Por otra parte, gran cantidad de la muestras actuales del museo se componen o complementan con tecnología digital: proyecciones, videos, sonidos, arman casi una performance que es integrante indisoluble de la museografía hoy. “Ventanas”, de Martin Grómez, y una sección de “Antípodas”, miradas sobre la arquitectura japonesa, son muestras de proyecciones digitales exclusivamente”.